Tras
pasar ocho meses en una institución mental por agredir al amante de
su mujer, Pat (Bradley Cooper) vuelve a vivir en casa de sus padres
(Robert De Niro y Jacki Weaver). Dispuesto a reconstruir su vida,
intentando tener una actitud positiva y deseoso de recuperar a su
ex-mujer, el mundo de Pat da un giro cuando conoce a Tiffany
(Jennifer Lawrence). Ella es una chica que también tiene ciertos
problemas y no goza de muy buena fama en el barrio. A pesar de su
mutua desconfianza inicial, entre ellos pronto se desarrollará un
vínculo muy especial que les ayudará a encontrar en sus vidas el
lado bueno de las cosas.
David O.Russell, director de otras películas conocidas como Tres Reyes
o The Fighter, dirige esta comedia romántica un tanto
agridulce basándose en la novela Un final feliz. Se centra en como
dos personas con problemas emocionales tratan de pasar página y cómo
se ayudan mutuamente. Es una película llena de diálogos rápidos,
los protagonistas siempre dicen lo primero que se les pasa por la
cabeza y a veces resultan un poco cargantes. Soy gran amante de las
comedias clásicas, la llamada screwball comedy, que está llena de
diálogos rápidos, vibrantes y brillantes pero en esta ocasión
había momentos que me desconcertaban un poco, en concreto me
aturullaban.
Todo
el mundo dice que el reparto es el punto fuerte de esta película.
Los protagonistas son Bradley Cooper y Jennifer Lawrence. Él está
correcto en un papel diferente al que nos tiene acostumbrados, pero
creo que su nominación al Oscar es algo exagerado. Jennifer tiene un
encanto especial pero su actuación está algo
sobrevalorada, aunque hay que destacar la gran química entre ambos. Robert de Niro es uno de mis actores favoritos pero
tampoco creo que su papel sea tan estupendo. Y en cuanto a Jacki
Weaver como madre, encuentro que es una interpretación tan corta,
sale tan poco que tampoco llama mucho la atención.
Cuando
me senté a ver la película iba con una idea preconcebida diferente
a lo que en realidad es, me parecía otra comedia romántica tonta
americana, pero no es tan mala. Es una comedia con un ligero punto
amargo, entretenida, para pasar una tarde tranquila, pero que no es para tanto.
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