En
un momento difícil para la cultura, donde hacer las cosas bien no es
siempre sinónimo de éxito aparece una imaginativa iniciativa.
Estel
Solé nos presenta su primera obra, Animals de companyia, una
producción teatral de la compañía La Mandanga bajo la dirección de
Marilia Samper.
La
historia gira en torno a una cena, a una reunión para dar la
bienvenida a una amiga, Beth (Estel Solé) que ha estado ingresada en
un centro psiquiátrico durante dos meses por intento de suicidio. La
fiesta sorpresa pronto se fastidiará y sacará a la luz los trapos
sucios de todos. La obra muestra la dificultad de las relaciones en
la sociedad actual y cómo todos necesitamos cariño.
Esta
joven compañía nos deleitan con teatro de calidad, con diálogos
brillantes, ritmo y muy buenas interpretaciones aprovechando el
espacio al máximo.
Cuando
ninguna sala apuesta por tu trabajo, surge la idea de llevar la
representación directamente a la gente. Al acabar la función, Estel
Solé nos explica que no pudieron estrenar la obra en ningún teatro
o pequeña sala de Barcelona, así que con coraje, sin darse por
vencidos y creyendo en su trabajo y talento decidieron actuar en
casas particulares. Poco poco, gracias al boca-oreja y con un teatro
más cercano al público han ido llenando pisos y casas y intentan
llevar el teatro a todos los rincones de Cataluña. Es una pena que
los teatros no apuesten por la creatividad y el talento joven.
Una
comedia realista muy recomendable en un espacio no convencional que
le da un toque especial. Espero que Animals de Companyia siga con
mucho éxito y tenga una larga vida.
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